La ciencia explica cuál es la forma correcta de acariciar a los gatos
Aunque tienen fama de ariscos e independientes, lo cierto es que los gatos son animales adorables. Bien conocidos por sus ronroneos y maullidos, uno de los consejos más importantes para cuidarlos como es debido es el de entender cuáles son sus necesidades.
A los gatos no les gusta que les cojan en brazos ni que les abracen porque se sienten atrapados, así que es muy probable que muestren actitudes de descontento ante estas muestras de cariño. Ahora bien, sí hay una forma correcta de acariciar a los gatos según la ciencia para demostrarles cuánto les queremos.
La clave para acariciar a los gatos
Los gatos, a pesar de que su domesticación tuvo lugar hace miles de años, siguen teniendo una serie de comportamientos que se deben a sus ancestros. Su cerebro todavía está programado para pensar y actuar como felinos salvajes. Esto explica por qué les gusta tanto estar solos y observar todo lo que ocurre a su alrededor, entre otras muchas cosas.
En lo que respecta a las caricias, algunos gatos se sienten cómodos con ellas, mientras que otros huyen en cuanto una persona se acerca a acariciarles. Para que estén a gusto, deben aprender a disfrutar de la interacción con humanos durante el proceso de adaptación y socialización, que tiene lugar en las primeras semanas de vida.
A medida que los gatos van creciendo, hay que prestar especial atención a su comportamiento y a las posturas que adquieren para saber si están cómodos. Un estudio publicado recientemente por la ‘BBC’, indica que las caricias pueden durar más tiempo cuando es el gato el que va en busca de la persona, y no al revés.
Por lo tanto, dejar que sea el gato el que se acerque para que le acariciamos es la mejor opción. En ese momento, podemos aprovechar para darle mimos. ¿Cómo saber si el animal está a gusto? Es tan fácil como fijarnos en su expresión facial: si está relajada y con las orejas mirando hacia delante, es una buena señal.
A los felinos les encanta que les acaricien alrededor de las zonas donde se encuentran las glándulas faciales: bajo la barbilla, la base de las orejas y en las mejillas. Por el contrario, odian las caricias en la barriga, el lomo y la base de la cola.
Por último, cabe señalar la importancia de respetar en todo momento al animal. Por lo tanto, si acariciamos a nuestro gato y éste nos muerde o araña, no debemos forzarle. Debemos entender su forma de ser y evitar todas aquellas cosas que le incomoden o provoquen su descontento.
Temas:
- Gatos